Hoy culminan una etapa que inicio hace once años, con los primeros trazos del preescolar; entre plumones, temperas y juegos en la arenera, pasando por una primaria donde pronunciaron sus primeras letras, sus primeras sumas, restas multiplicaciones y divisiones; para concluir esta etapa de sus vidas en medio de ensayos, problemas de física, lecturas, trigonometría, ingles, y las temibles preguntas tipo ICFES que aunque fueron un dolor de cabeza para algunos, son sin duda las herramientas que serán las bases para su desarrollo universitario.
En este grupo de Bachilleres que hoy deja las aulas Sebastianas, se encuentran futuros médicos, ingenieros industriales, ingenieros químicos, especialistas en comercio exterior, un economista, un ingeniero agrónomo, una odontóloga, un profesional en ciencias políticas, una abogada, un ingeniero de minas, una artista en bellas artes y muy seguramente futura arquitecta y también se encuentra un futuro suboficial del ejercito; todos estos sueños proyectados surgieron gracias a sus capacidades, sus expectativas y sobre todo por la educación recibida que oriento sus pasos hacia sus preferencias profesionales.
¿Qué significa dejar el bachillerato? Una vez hace algunos años pensé que dejar el bachillerato seria algo normal, que no significaría nada y que con el tiempo solo recordaría algunas cosas de ese pasado, pues pensaba que en la Universidad encontraría mis mejores amigos, mis mejores maestros, mis mejores días… Con el paso del tiempo me di cuenta que los mejores momentos de mi vida estuvieron en la escuela y el Colegio, mis mejores amigos, esos que crecieron a mi lado y que compartieron mi infancia y juventud y mis mejores maestros, aquellos, que se dedicaron a enseñarme, a exigirme y que a pesar de todos los regaños me apoyaron a superar mis dificultades académicas.
Con el tiempo me di cuenta que en la Universidad se vive rápidamente, que no queda tiempo para compartir con los amigos y que encontramos solo compañeros de carrera, cada uno en medio de su propio individualismo, ensimismado por sus proyecciones, sin retraerse en el sentido de la humanización y en la conjugación del valor de la amistad.
Dejar el Bachillerato es dejar a los mejores amigos, dejar los mejores momentos, dejar la mejor enseñanza, aquella que es simple, practica y cobra sentido.
¡Felicidades graduandos 2010!
Profesor Libardo Riaño C.