UNA PEDAGOGIA DE LA EXIGENCIA, ES UNA PEDAGOGIA HACIA EL AMOR.

Bien lo sostenía Pitagoras ya hace 3500 A.C "Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para afrontar las dificultades de la vida". Vivimos en los tiempos de la sociedad del conocimiento, donde palabras tan familiares en nuestro contexto como: Globalización, competitividad, tecnologización y liderazgo forman parte de nuestro vocabulario, pero aunque son comunes en los espacios donde habitamos, son complejas sus interiorizaciones para nuestras vidas.

La Globalización es la mundialización no solo de la Economía y la política, sino también la cultura y la Educación; hoy día es necesario ante la "información masificada de los medios", orientar a nuestros estudiantes ante el paradigma de la sociedad del conocimiento. En clase siempre explico a mis estudiantes: Sabemos manejar a la perfección un Blackberry, pero ignoramos lo mas elemental ¿Que es la matemática?, o lo que es peor ¿Como funciona el Blackberry?

La simplicidad de la vida, que gracias al avance tecnológico podemos disfrutar dejo a un lado, la complejidad de la investigación y el deseo por el conocimiento de las cosas. Es por esa razón, que necesitamos globalizar nuestra mente ante el avance tecnológico que nos arrebata la libertad de ser humanos, de proponer ciencia y de transformar el mundo.

Otro elemento de juicio es la competitividad, Este nuevo milenio es el milenio de la preparación laboral; se habla mucho en el mercado profesional no solo de las profesiones bases, sino de las profesiones con profundización, un profesional ya no puede quedarse solo con su conocimiento base, sino debe ser competente frente al mundo profesional cambiante y exigente. En todos los campos se manifiesta en la actualidad la exigencia en compentencias profesionales, pues precisamente la globalización exige competitivad, para comprender este nuevo orden mundial complejo.

Y finalmente el liderazgo al cual nuestros jóvenes se ven obligados a afrontar, los jovenes de esta nueva generación tienen un deber historico con el país, el cual es la transformación de nuestra nación ante el fracaso histórico de las generaciones anteriores en la búsqueda por la paz, y alcanzar un desarrollo sostenible que elimine las brechas de inequidad e injusticia.

Es por eso que necesitamos Docentes comprometidos con la exigencia, comprometidos no solo con la transmisión de conocimientos que en la mayoría de los casos están desconectados de la realidad social actual, necesitamos Maestros que desafíen el sistema, con la mayor de las armas: la intelectualidad.

Nuestro Colegio educa con amor y exigencia, con las herramientas del siglo XXI, y con la formación en valores que tanto necesita nuestra juventud.